ROMA,
En su intervención en la inauguración del Foro Internacional Universitario de Campidoglio que tiene como tema "Evangelio: Cultura y culturas", el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, resaltó que "el Evangelio llega al hombre históricamente situado, no en abstracto, y la cultura representa la vía para encontrar la verdad de modo que el hombre pueda construirse a sí mismo y a la familia humana".
En el pasado, explicó el Cardenal, si "la cultura era expresión de la civilidad de un pueblo o de una comunidad, con sus valores y costumbres, en la sociedad contemporánea va surgiendo la idea del primado de la cultura como conocimiento, hasta asumir el rol genético de una civilidad".
Este cambio de época, precisó, "está creando no pocas dificultades en la comprensión del concepto de cultura, que asume un significado siempre más ambiguo e indefinido, favoreciendo el surgimiento de rupturas entre las culturas, en cuanto cada una tiende a ser autorreferencial".
En realidad, dijo luego y tras recordar algunas enseñanzas sobre el tema del Papa Benedicto XVI que servirán de marco para este Foro, "el encuentro del Evangelio con la cultura se ha realizado no solo con sus manifestaciones históricas", sino también "y sobre todo, con su núcleo generador, que es el hombre que busca la verdad".
Seguidamente el Secretario de Estado precisó que "la evangelización no se pone nunca en contraposición con la cultura de las distintas civilidades, sino que las encuentra a todas para ayudarlas con el 'realismo' de la propia fe en la obra salvífica de Cristo, y para sostener el desarrollo de la cultura-conocimiento, de modo que cada cultura-civilidad pueda liberarse de prejuicios y de instrumentalizaciones ideológicas".
En este contexto, la experiencia de San Pablo en el Areópago –el centro cultural de la antigua Grecia en donde el Apóstol también anunció el Evangelio– resulta tremendamente actual, explicó.
"La crisis espiritual y socio-económica, que en estos primeros años del tercer milenio, golpea a los pueblos y naciones, nos pide ser operadores infatigables para que la Iglesia y la universidad puedan encontrarse, para que la universidad pueda responder a las nuevas expectativas de la sociedad y la Iglesia puede proseguir en el anuncio de la presencia de Dios en la historia", concluyó.
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