VATICANO,
En su discurso a los obispos de la Conferencia Episcopal de Turquía en visita "ad limina" en el Vaticano, el Papa Benedicto XVI resaltó que le toca al estado turco "garantizar con eficacia a todos los ciudadanos y a todas las comunidades religiosas la libertad de culto y la libertad religiosa, siendo inaceptable toda violencia contra los creyentes, cualquiera que sea su religión".
"En ese contexto –dijo el Papa– conozco vuestro deseo y vuestra disponibilidad de entablar un diálogo sincero con las Autoridades para encontrar una solución a los diversos problemas planteados a vuestras comunidades, como el del reconocimiento de la personalidad jurídica de la Iglesia Católica y de sus bienes".
Seguidamente Benedicto XVI destacó que "la comunidad cristiana en vuestro país vive en una nación regida por una Constitución que afirma la laicidad del Estado, pero donde la mayor parte de la población es musulmana. Por eso, es muy importante que cristianos y musulmanes se dediquen juntos a la promoción del ser humano, de la vida, de la paz y la justicia. Además, la distinción entre la esfera civil y la religiosa es ciertamente un valor que debe protegerse".
"El pueblo de Dios encontrará un apoyo eficaz para su fe y su esperanza en la comunión eclesial, y los obispos son los primeros responsables de la realización concreta de esta unidad. La profunda comunión que debe reinar entre ellos, en la diversidad de ritos, se expresa ante todo en la fraternidad auténtica y la mutua colaboración que les permite cumplir su ministerio con espíritu colegial, reforzando la unidad del Cuerpo de Cristo".
Al destacar luego que esta visita de los obispos "se desarrolla providencialmente en el año consagrado a San Pablo" y asume una importancia particular al ser los prelados "los pastores de esa tierra donde nació el Apóstol de las Naciones y donde fundó numerosas comunidades", el Papa aseguró que sabe que "en vuestro país habéis querido otorgar un carácter especial a este año jubilar y que muchos peregrinos visitan los lugares claves de la tradición cristiana. Espero que a los peregrinos les resulte más fácil el acceso a esos lugares tan significativos para la fe cristiana, así como a las celebraciones de culto".
Después, comentando la "dimensión ecuménica" del Año Paulino, manifestó el deseo de que la misma "haga posibles nuevos progresos en el camino hacia la unidad de todos los cristianos".