MADRID,
Al presidir este viernes en la Plaza Mayor la Misa en honor a la Virgen de la Almudena, el Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio Rouco Varela, pidió a la patrona de la capital española que "sostenga y anime" a los madrileños en el "empeño y compromiso apostólico de transmitir íntegra y plenamente la fe en Jesucristo, como testigos valientes de su Evangelio, con hechos y palabras, especialmente a las jóvenes generaciones".
Ante los más de siete mil feligreses que se hicieron presentes en el recinto madrileño, el Purpurado pidió también a la Virgen de La Almudena que "conceda la perseverante e ilusionada fortaleza y constancia" para que "ante los nuevas generaciones de Madrid y entre los nuevos madrileños, venidos de la emigración" se imponga la "España evangelizada, evangelizadora".
Durante la celebración litúrgica -en la que el alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, renovó el tradicional Voto de la Villa a su patrona y su esposa realizó una ofrenda floral a la Virgen-, el Cardenal recordó la primera visita, en 1982, del Papa Juan Pablo II al país ibérico.
"Proféticas fueron sus palabras sobre la verdad del matrimonio nacido del amor esponsal mutuo, fiel, indisoluble, entre el hombre y la mujer y sobre la necesidad de la apertura del acto mismo del encuentro conyugal al don de la vida", dijo el Cardenal en su homilía.
También pronunció unas palabras sobre la "denuncia" del hoy Siervo de Dios "de lo que comenzaba a ser la aceptación social de ese atentado contra la vida de los más inocentes, los no nacidos, que es el aborto".
Juan Pablo II clamó, continuó el Cardenal, que "quien negare la defensa a la persona humana más inocente y débil, a la persona humana ya concebida aunque todavía no nacida, cometería una gravísima violación del orden moral" y precisó que "nunca se puede legitimar la muerte de un inocente".
Por eso, el Arzobispo de Madrid invitó a todos los presentes a "no desfallecer en nuestra vocación y misión de ser portadores del Evangelio a nuestros hermanos y hermanas del Madrid de hoy".
Finalmente, el Cardenal resaltó que la Virgen de La Almudena es "el orgullo del Madrid cristiano siempre abierto al encuentro cordial y generoso con todos los conciudadanos venidos de cualquier rincón de la patria y de más allá de nuestras fronteras, hoy tan numerosos".
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