Verástegui sostiene que no hay justificación alguna para el aborto. "Las mujeres que hagan lo que quieran con su cuerpo... pero ¿y el bebé?, ¿qué pasa con el cuerpo del bebé, que no tiene voz y no puede defenderse? Hace cien años podía haber dudas, solo la fe podía alcanzar a pensar que había vida desde el momento de la concepción. Pero hoy en día es algo científicamente demostrado, no hay duda".
Desde su propia experiencia, considera que "la mayoría de las mujeres que llegan hasta ahí no quieren hacerlo, Es algo totalmente antinatural. He visitado algunas clínicas y cuando platico con las muchachas, la mayoría llega aconsejada por hombres, casi ninguna quiere hacerlo, pero tienen miedo, están asustadas, se sienten solas y sin recursos. Hay que pensar en ayudarles nada más. Hay que ayudarles a ver otras opciones".
El actor deplora justificar el aborto en casos de malformaciones congénitas. "Si empezamos a pensar así, en un momento volvemos al régimen de Hitler. Te mato porque no estás lo suficientemente sano. ¿Qué es eso? El valor del ser humano, de la vida, no está en que seas guapo o listo, o retrasado y cojo. No hablamos de una raza sana, hablamos de la dignidad del ser humano, de la vida. Esa es la verdadera cuestión. Es una manipulación para discutir lo que por principio es indiscutible".
Tampoco cree que el aborto resuelva el drama de una mujer violada. "Hubo un error muy grave por parte de alguien. Pero para arreglar un error no se comete otro error para taparlo. No puedes hacer o sufrir algo malo y pagarlo con algo peor. Si a algo malo le sumas otra cosa mala, el resultado no va a ser nunca paz y alegría, va a ser algo peor aún", asegura.
El actor no tiene reparos para llamar "carnicero" al médico que practica abortos. "Porque él sí estudió, fue a la escuela, sabe lo que hace, hizo un juramento de defender la vida y ahí hay vida y él la está terminando, él mete las tijeras y corta cabezas", explica.
A aquella mujer que considera el aborto le pide "que no lo haga, que dentro de su vientre hay un bebé que se muere de ganas de tocar sus mejillas, reírse, decirle mamá y quererla con toda el alma. Que ya existe una vida que está creada para una misión. Que no es de ella, aunque venga a través de ella. Que no es justo bloquearle la visión y el camino. Que recuerden las sabias palabras de la madre Teresa de Calcuta. Que en el aborto hay dos crímenes, el del hijo y el de la conciencia de la madre, y yo digo como ella, que los bebés que no quieran, te lo juro, que me los den a mí".