Un intento de solución amistosa en el conflicto sobre el monasterio de Goldenstein, en Austria, ha fracasado: Las tres ancianas monjas agustinas han rechazado una oferta de acuerdo de su superior, el P. Markus Grasl, rector de la abadía de Reichersberg. Ahora se espera que Roma decida.
“Estamos sorprendidos y decepcionados por la decisión de las hermanas. Se está cumpliendo lo que Grasl ya había dicho: ahora se involucrará la siguiente autoridad, es decir, Roma”, dijo el portavoz de Grasl a la agencia de noticias austriaca Kathpress.
El sacerdote había presentado el pasado jueves un acuerdo que habría permitido a las hermanas, de entre 81 y 88 años, permanecer en Goldenstein. Con ello accedía a su deseo explícito, aunque él seguía prefiriendo, por motivos médicos, su traslado a una residencia de ancianos.
El acuerdo estipulaba que las tres hermanas podían seguir viviendo en el monasterio, pero bajo ciertas condiciones. Estas incluían la restauración de la clausura, es decir, la vigencia de las normas monásticas de retiro y oración que contemplan áreas vedadas a quienes no son miembros de la orden. Además, se debía garantizar el acompañamiento espiritual por parte de un sacerdote de la abadía de Reichersberg, cuidados las 24 horas y una atención médica fiable. La inscripción en la lista de espera de una residencia de ancianos en Elsbethen, “a la vista del monasterio”, también formaba parte de la oferta.
Sólo un día después, las hermanas rechazaron el acuerdo. Según la agencia APA (Austrian Press Agency), la propuesta fue rechazada a causa de las condiciones impuestas. Grasl había exigido el inmediato “cese de todas las actividades en redes sociales”, así como “de todos los contactos activos con los medios de comunicación”.