El Papa León XIV llamó a “dejarse provocar” por los que sufren, sin miedo a ceder las propias seguridades, en la audiencia que mantuvo con las participantes en los Capítulos Generales de dos congregaciones femeninas con fuerte labor misionera.
Se trata de las Religiosas de Jesús y María, fundadas por Santa Claudina Thévenet, y las Misioneras de San Carlos Borromeo, conocidas como Scalabrinianas, dedicadas al acompañamiento pastoral de los migrantes y refugiados.
Durante el discurso que pronunció en el Palacio Apostólico, el Santo Padre recordó que las dos Congregaciones han nacido, aunque en circunstancias diferentes, “del mismo amor por los pobres”.
En concreto, aseguró “hacia las jóvenes en situación de dificultad”, por parte de Santa Claudine Thévenet y las Religiosas de Jesús-María; y “hacia los migrantes”, por parte de San Juan Bautista Scalabrini, de la Beata Assunta Marchetti y del Venerable Don Giuseppe Marchetti, fundadores de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo, Scalabrinianas.
Dirigiéndose a todas ellas, el Pontífice les instó a vivir estos días “escuchando humildemente a Dios y prestando valiente atención a las necesidades de los demás”.
“Esto requiere valor, para dejarse provocar por la presencia de quienes sufren, sin temer abandonar las propias seguridades, aventurándose, si el Señor lo pide, por caminos nuevos”, señaló.