Su voz evidencia, sobre todo, la gratitud que siente hacia su amigo: el Papa León XIV. De esa amistad, forjada en más de tres décadas, nace el libro De Roberto a León, publicado por la editorial Mensajero, en el que Armando Lovera, originario de Iquitos (Perú), narra distintos episodios de la vida del Pontífice poco conocidos. Como el día en que muchos feligreses de Trujillo (Perú) pensaron que el entonces P. Roberto Prevost había muerto.
“En realidad el que falleció fue un joven, aspirante a agustino, en un accidente de autobús cuando viajaba a Lima por fin de año”, explica Lovera.
Los padres del chico, que eran de una zona rural al norte de Trujillo, no tenían medios para ir a recoger el cadáver de su hijo y le pidieron al P. Roberto que lo trajera de vuelta al pueblo.
“Recorrió más de 2.000 kilómetros de ida y vuelta conduciendo para hacerles el favor”, detalla. Pero al hacer las gestiones, continúa, “apuntaron mal su nombre y lo incluyeron dentro de la lista de las víctimas” que acabó publicada en un periódico local de Trujillo.
“La gente, sobre todo la gente más pobre de la parroquia, al enterarse, se fueron a la casa de los agustinos entre lágrimas y con el periódico en la mano para dar el pésame”, cuenta Lovera. Pero para su sorpresa quien les abrió la puerta fue el propio Prevost.
“Lo que más me impresiona de esta historia es la disponibilidad que siempre ha mostrado hacia sus amigos, y, por otro lado, el cariño de la gente”, agrega.