En la exhortación apostólica Dilexi te (Te he amado) , el Papa recuerda a Alan Kurdi, el niño sirio de tres años ahogado en el Mediterráneo el 2 de septiembre de 2015, y lamenta que más allá de la “emoción momentánea” que provocó en aquel momento su foto "tendido sin vida en una playa", hoy hay hechos semejantes que “se están volviendo cada vez más irrelevantes como noticias marginales”.
“Eso significa que todavía persiste —a veces bien enmascarada— una cultura que descarta a los demás sin advertirlo siquiera y tolera con indiferencia que millones de personas mueran de hambre o sobrevivan en condiciones indignas del ser humano”, escribe el Santo Padre.
Como él mismo explica, su primer documento pontificio, en el que subraya que la Iglesia está llamada a “una opción decidida y radical a favor de los más débiles”, está escrito a cuatro manos con el Papa Francisco.
Es un proyecto heredado de su predecesor que el Vaticano publica este jueves, cuando se celebra la memoria litúrgica de San San John Henry Newman, a quien el Santo Padre conferirá el título de Doctor de la Iglesia el próximo 1 de noviembre.
El Papa dedica parte del documento a los migrantes y refugiados y señala que la Iglesia, como madre, “camina con los que caminan”.
“Donde el mundo ve una amenaza —escribe el Pontífice— ella ve hijos; donde se levantan muros, ella construye puentes. Sabe que el anuncio del Evangelio sólo es creíble cuando se traduce en gestos de cercanía y de acogida; y que en cada migrante rechazado, es Cristo mismo quien llama a las puertas de la comunidad”.