El médico panameño Josamir Ulises Barrera Martínez fue ordenado sacerdote el 22 de agosto de 2025 en la Basílica de Santa María de Guadalupe en la Ciudad de México, un lugar cargado de simbolismo para su vida pues allí, más de dos décadas atrás, sintió el llamado que transformó su destino.
En entrevista con ACI Prensa, aseguró que su vocación nació el 31 de julio del 2002, cuando tenía apenas 14 años y veía por televisión, en casa de sus abuelos, la canonización del indio Juan Diego en la Basílica de Guadalupe, que presidió el Papa San Juan Pablo II.
Además de la ceremonia, señala que le llamó la atención que, a pesar de la edad y las evidentes enfermedades del Papa, “la gente quedaba muy conmovida y hasta llorando cuando lo veía”. Admitió que se preguntaba “¿qué tiene ese hombre que causa tanta conmoción a la gente?”.
Aseguró que ese día, a más de los 3.000 kilómetros que hay entre la provincia panameña de Colón y la Ciudad de México, recibió una respuesta junto con un llamado. “La respuesta era que en él [San Juan Pablo] estaba la presencia de Dios. Era Jesús irradiando a través de él y que por eso causaba tanta conmoción. Y al mismo tiempo yo sentía que Dios me estaba llamando al sacerdocio en ese momento”.
Una batalla interior
El P. Josamir Ulises recuerda que su reacción inicial “fue un no rotundo”, porque desde niño había soñado con ser médico, formar una familia y construir un futuro estable. Sin embargo, la semilla de la curiosidad por la vida sacerdotal había quedado sembrada. Sentía que “Dios en ese momento me estaba arruinando los planes, como que estaba agarrando mi hoja de vida y tirándola a un cesto [de basura]”.