5 de diciembre de 2025 Donar
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En el Jubileo de la Consolación, mexicanos rezan en Roma por la conversión de los carteles: “Dios también los ama”

Dos de los peregrinos de México que piden la paz para su país/ Crédito: Victoria Cardiel/EWTN News

“La violencia es como un cáncer, está en todas partes”, lamenta Rocío Hidalgo, vecina de Chihuahua, justo antes de hacer fila para atravesar la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en Roma.

Vive a cuatro horas de Ciudad Juárez, en la frontera con El Paso (Estados Unidos), y aunque no ha sido víctima directa de la espiral de violencia que no da tregua, asegura que el sufrimiento ahoga a toda la sociedad. “En México no se respeta la vida”, lamenta.

Su participación en el Jubileo de la Consolación en Roma es una suerte de intercesión por la paz en su país.

Se trata del evento más emotivo del Año Santo 2025, dedicado a quienes están transitando por el sufrimiento que provoca en el alma la pérdida de un ser querido o un trauma que todavía sangra. 

Ella, al igual que las más de 8.500 personas que peregrinaron hoy al corazón del Vaticano para este evento convocado por el Dicasterio para la Evangelización, vino a presentar y redimir su dolor. 

Rocío durante la entrevista. Crédito: Victoria Cardiel/ EWTN News

“A mí no me han matado a nadie directamente. Pero no podemos mirar para otro lado. Nosotros como ciudadanos mexicanos nos toca implicarnos y no mostrar indiferencia ante el dolor ajeno”, detalla a ACI Prensa.

Por eso, quiere ofrecer a Dios este Jubileo de la Consolación “por las personas que están pasando momentos difíciles, o que en su vida, en su niñez o adolescencia pasaron momentos difíciles”, pero también por “todas las personas que no están cerca de Dios”.

“No podemos culpar al gobierno, es cada individuo en su corazón lo que tiene que cambiar”

“El dolor que hoy se vive en México es por la maldad de los que se alejaron de Dios. Y queremos terminar con eso”, afirma con firmeza. Para Rocío, el cambio no puede depender únicamente de las autoridades: “Para empezar un cambio se tiene que hacer desde el corazón. No podemos culpar al gobierno, es cada individuo en su corazón lo que tiene que cambiar. Y la única manera es pasar al lado de Dios nuestro Señor”.

El itinerario jubilar la ha llevado a rezar por víctimas, victimarios y por su propio país. “Qué difícil rezar por alguien que asesina —reconoce—. Pero eso es cristiano. Dios también los ama y el sol también sale para ellos”. 

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En su mismo grupo de peregrinación viaja el matrimonio de Yasmín Agüero y Jorge Reyes, quienes, al igual que Rocío, viven en el estado de Chihuahua.

Explican a ACI Prensa que la violencia se ha convertido en una sombra que acompaña cada aspecto de la vida familiar. “Chihuahua es de los Estados con más violencia por el narcotráfico”, explica Yasmín.  “Sufrimos una violencia estructural: psicológica, espiritual y de falta de valores”. 

Tienen miedo, sobre todo, por sus hijos de 14, 10 y 7 años porque podrían caer en las garras de las bandas criminales. “Están en todos lados, hasta en la escuela. Es complicado: como papás tienes que estar preguntando a qué hora llegan, con quién se van. Muchas familias han optado porque los hijos no salgan de noche, porque podrían no regresar”. 

Su esposo, Jorge, atribuye la vulnerabilidad de los niños —en estas edades tan expuestos a los grupos criminales— a la falta de solidez familiar, con padres y madres que suelen estar siempre “fuera trabajando”. 

 “Los hijos necesitan una guía, siempre. El que no esté presente el padre ni la madre los deja en total indefensión. Son influenciados por grupos externos. Incluso pueden ser reclutados por ciertos grupos”, advierte Jorge.

El grupo durante la peregrinación a la Puerta Santa de San Pedro. Crédito: Victoria Cardiel/EWTN News

En su comunidad hay varias familias que han perdido a sus hijos. Les engañaron por Internet, ofreciéndoles un trabajo que en realidad era la puerta de entrada a un cartel. 

“Fueron captados por el crimen, los transformaron en halcones: espiar y vigilar el paso de droga. Otro grupo rival los identificó y los mató. Las mamás siguen buscándolos. Es terrorífico”, explica sin poder poner palabras al dolor interminable de estas familias que buscan a sus hijos desaparecidos.

Además, la policía “no puede hacer nada”. “Es demasiada la violencia. Son las mamás las que volantean, las que buscan entre hierbas, entre terrenos de nada, esperando encontrar un vestigio, un hueso, un pedazo de ropa”, agrega.

“Venimos a rezar por la conversión de esas personas que hacen daño”

Participar en el Jubileo de la Consolación ha sido para ellos un respiro espiritual y una oportunidad para rezar por la paz en su país. “Estamos buscando paz, esperanza, reconciliación también, porque sentimos que falta mucha reconciliación de nuestra parte con Dios”, dice Yasmín. “Hay veces que uno no entiende por qué existe la violencia. Pero venimos a rezar, a poner a nuestros hijos en manos de Dios y a pedir por la conversión de esas personas que hacen daño”, asegura su marido, Jorge.

En el silencio de las inmediaciones de la Plaza de San Pedro, junto a miles de peregrinos de todo el mundo, Rocío, Yasmín y Jorge elevan una plegaria por el futuro de su país.

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