“La violencia es como un cáncer, está en todas partes”, lamenta Rocío Hidalgo, vecina de Chihuahua, justo antes de hacer fila para atravesar la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en Roma.
Vive a cuatro horas de Ciudad Juárez, en la frontera con El Paso (Estados Unidos), y aunque no ha sido víctima directa de la espiral de violencia que no da tregua, asegura que el sufrimiento ahoga a toda la sociedad. “En México no se respeta la vida”, lamenta.
Su participación en el Jubileo de la Consolación en Roma es una suerte de intercesión por la paz en su país.
Se trata del evento más emotivo del Año Santo 2025, dedicado a quienes están transitando por el sufrimiento que provoca en el alma la pérdida de un ser querido o un trauma que todavía sangra.
Ella, al igual que las más de 8.500 personas que peregrinaron hoy al corazón del Vaticano para este evento convocado por el Dicasterio para la Evangelización, vino a presentar y redimir su dolor.