A pesar de que la Constitución y la ley de libertad religiosa en Laos garantizan oficialmente el derecho al culto, cristianos de zonas rurales de este país del Sudeste Asiático están siendo desalojados violentamente de sus hogares.
“Nadie debería tener que vivir así. Niños… ¡en la selva! ¡Bajo la lluvia! Es simplemente inhumano”, afirmó a UCA News un trabajador humanitario radicado en Bangkok, que pidió no ser identificado por seguridad.
La situación se produce en plena temporada de monzones, cuando las lluvias diarias alcanzan hasta 26 milímetros y las temperaturas nocturnas descienden hasta 10 °C. Muchos de los desplazados —incluidos niños y familias enteras— se refugian en los bosques sin acceso a alimentos, refugio seguro ni atención médica.
Anthony Williams, investigador de la agencia de ayuda cristiana internacional Barnabas Aid, aseguró que “la persecución en Laos es peor en las zonas rurales, donde los líderes locales tienen más libertad para tomar medidas contra los cristianos, y especialmente contra los conversos de una religión tradicional”.
Aunque la Ley de la Iglesia Evangélica de 2019 permite practicar el culto y proclamar el Evangelio, “en los pueblos y asentamientos rurales la ley suele ignorarse, ya sea por ignorancia o con malicia”, añadió Williams. “El gobierno en gran medida está haciendo la vista gorda ante el hecho de que los cristianos son obligados a abandonar sus hogares”.
Según el investigador, los líderes locales incluso niegan documentos oficiales a los cristianos, como certificados de nacimiento, y “en la mayoría de los casos, los gobiernos central y provinciales no actúan para hacer cumplir la ley”.