Más de 50.000 fieles llegaron el 5 de agosto hasta el Santuario Nacional de la Virgen de Copacabana, patrona de Bolivia, para participar en las celebraciones por el centenario de su coronación canónica, que ocurrió el 1 de agosto de 1925.
La cita estuvo marcada por la fuerte devoción mariana, el Bicentenario de la Independencia del país y el clima de expectativa por las próximas elecciones presidenciales que tendrán lugar el 17 de agosto.
Peregrinos provenientes de distintas regiones bolivianas, así como devotos de Perú y Colombia, participaron en misas, procesiones y actos culturales. Muchos llegaron para agradecer favores atribuidos a la intercesión de la Virgen. “Antes teníamos un negocio muy pequeño y ahora tenemos uno próspero. Me siento muy bendecida por la mamita de Copacabana”, relató Areceli Morales, una fiel.
La devoción a esta advocación mariana se remonta al siglo XVI, cuando Tito Yupanqui —descendiente directo de los emperadores incas— tuvo un sueño y una visión de la Virgen con rasgos de doncella inca. Inspirado por esa experiencia, talló la imagen que desde entonces se venera en la basílica de Copacabana, a orillas del lago Titicaca, un lugar sagrado para los incas que consideraban cuna de Manco Cápac y Mama Ocllo.
En su mensaje para la fiesta, el Papa León XIV felicitó al pueblo boliviano y pidió a Dios, por intercesión de la Virgen de Copacabana, “que los bendiga y acompañe en este camino de fe y compromiso por el bien común”.
La Conferencia Episcopal Boliviana exhortó a vivir el bicentenario “con espíritu de alegría, pero también con profunda responsabilidad” e instó a los votantes a ejercer su deber ciudadano “con conciencia ética y espíritu democrático”. A los candidatos, pidieron “no defraudar la esperanza de todo un pueblo que anhela tiempos mejores”.