Reunidos del 30 de julio al 4 de agosto en Kigali, capital de Ruanda, los obispos de África y Madagascar presentaron un mensaje final tras su 20 Asamblea Plenaria, en el que reafirmaron que Cristo es la fuente de esperanza para el continente, y propusieron una visión pastoral para los años 2025–2050.
“Cristo es el fundamento de nuestra esperanza y la razón por la cual llevamos la cruz a su lado”, expresaron los prelados del Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM) en su declaración, titulada “Cristo, fuente de esperanza, reconciliación y paz: la visión de la Iglesia-Familia de Dios en África para los próximos 25 años”.
Ante los numerosos desafíos que enfrenta el continente, como “la inseguridad, la violencia, el terrorismo, la pobreza, la mala gobernanza y la explotación de la religión con fines políticos”, los obispos señalaron que “estos retos persisten, pero no deben llevarnos a la desesperanza”.
“Con Cristo y por Él, una virtud esencial puede llenar nuestros corazones y permitirnos mirar el futuro con confianza y esperanza”, afirmaron.
En un contexto marcado por conflictos y marginación, SECAM hizo un llamado a los fieles a abrazar una esperanza activa, “una presencia en nombre del Señor Jesús junto a quienes sufren, padecen injusticia o son descartados por los poderosos de este mundo”.
“La esperanza cristiana no es una proyección mental desligada de la realidad. Es un compromiso activo”, subrayaron, e invocaron las palabras de San Juan Pablo II: “¡No tengan miedo! ¡Abran de par en par las puertas a Cristo y a su poder salvador!”