El Papa León XIV ha presidido este domingo la Santa Misa en la Basílica Catedral de San Pancracio Mártir, en el corazón de Albano Laziale, una de las diócesis suburbicarias históricamente vinculadas al episcopado romano. Lea aquí la homilía completa:
Queridos hermanos y hermanas:
Estoy muy contento de encontrarme hoy aquí, celebrando la Eucaristía dominical en esta hermosa catedral. Saludo al obispo, a las autoridades presentes y a todos ustedes.
En la liturgia de este domingo, la primera lectura y el Evangelio nos hablan de hospitalidad, de servicio y de escucha (cf. Gn 18,1-10; Lc 10,38-42).
En el primer caso, Dios visita a Abraham en la persona de “tres hombres” que llegan a su tienda “a la hora más calurosa” (cf. Gn 18,1-2). Podemos imaginar la escena: el sol abrasador, la calma inmutable del desierto, el calor intenso y los tres desconocidos que buscan resguardo.
Abraham, sentado “a la entrada de su carpa”, está en la posición del dueño de casa, y es muy hermoso ver cómo ejercita su papel: habiendo reconocido en los visitantes la presencia de Dios, se pone en pie, corre a su encuentro, se inclina hasta el suelo y les ruega que se detengan.