El P. Gustavo Riveiro, delegado episcopal de Turismo y Tiempo Libre de la Archidiócesis de Valencia (España) señala que no se trata de multiplicar Misas para guiris [término usado en España para referirse a turistas extranjeros, en especial del norte de Europa], sino de una tarea de evangelización verdadera”.
Según detalla el P. Riveiro, párroco en la localidad costera de La Pobla de Farnals, la pastoral del turismo se enmarca en el desafío que supone recibir a 100 millones de visitas del extranjero, la mitad de ellas concentradas en los meses del verano septentrional.
Desde el punto de vista sociológico, esto a veces crea “fricciones con la comunidad local, sobre todo cuando ha sido totalmente excluida del proyecto turístico” y en ese contexto, la Iglesia Católica “hace lo que siempre hizo, estar a lado de la gente, buscando caminos y tratando de encontrar las formas más oportunas e inteligentes de sembrar la buena semilla del Evangelio, que es cada palabra de Dios”.
El descanso es sagrado
El P. Riveiro plantea la pastoral del turismo y el tiempo libre bajo la premisa de que el tiempo de descanso es sagrado: “Primero, porque lo inventó Dios. Segundo, porque fue el primero en practicarlo. Y tercero, porque quiso que los hombres hicieran lo mismo que Él. Y, encima, le dio carácter de precepto religioso”.
Así, el presbítero trata de que los fieles consideren que acuden a su “parroquia de verano”, un lugar en el que lo primero es procurar “una acogida cordial”, que él suele hacer animando a que, ante el mayor tiempo de convivencia familiar, “no se peleen, que la vida es corta y, si se pelean, que cumplan con la Escritura: que el atardecer no los encuentre enojados”.