El Arzobispado de Granada (España) ha respaldado la decisión de un párroco de no sacar en procesión la imagen de San Benito en un pueblo de la Alpujarra, por la que los vecinos han pedido que sea relevado en sus funciones pastorales.
En las faldas de Sierra Nevada, al sur de España, se encuentra Trévelez, una localidad de unos 700 habitantes de cuya iglesia es párroco el P. Rubén Ávila, desde poco después de ser ordenado sacerdote por Mons. Javier Martínez, Arzobispo Emérito de Granada. También tiene encomendada la cura de almas en las parroquias de Pitres, Pórtugos y Buquístar, desde septiembre de 2020.
La controversia está vinculada a la decisión del P. Ávila de no autorizar la procesión de San Benito prevista para este sábado 12 de julio y a que, desde su llegada, ha estimado oportuno no ceder los salones parroquiales del templo a la asociación local de mujeres.
La Archidiócesis de Granada, a través de un comunicado, ha respaldado al presbítero, señalando que “las cuestiones de culto en esa parroquia, como en cualquier otra, corresponden al párroco, que goza allí de la autoridad pastoral y que debe juzgar según derecho en cada momento su oportunidad o no, como ha ocurrido con los párrocos anteriores”.
Además, la autoridad eclesiástica explica respecto de la supresión de la procesión de San Benito que “no se trata de una celebración obligatoria de la Iglesia universal ni de esa parroquia en particular”. En consecuencia, apoya “lo que el párroco, con el consejo parroquial, ha decidido, como se ha hecho con los párrocos anteriores”.
En declaraciones a medios locales como Granada Hoy el alcalde de la localidad afirma que “con este cura llevamos con problemas desde el minuto uno que llegó al pueblo”, y que la procesión se realiza ”desde hace unos 35 años”.