El Papa León XIV explicó que la fe no consiste solo en cumplir “deberes religiosos” y dijo que el mundo y la Iglesia Católica necesitan “discípulos enamorados” que den testimonio del Reino de Dios “dondequiera que se encuentren”.
“La Iglesia y el mundo no necesitan personas que cumplen con sus deberes religiosos mostrando su fe como una etiqueta exterior; necesitan, en cambio, obreros deseosos de trabajar en el campo de la misión, discípulos enamorados que den testimonio del Reino de Dios dondequiera que se encuentren”, durante el ángelus de este domingo.
Se trata del último rezo mariano que preside desde el Palacio Apostólico antes de trasladarse a Castel Gandolfo, un palacio fortificado del siglo XVII a orillas del lago Albano a unos 40 kilómetros de Roma. "Hoy iré a Castel Gandolfo para un breve periodo de descanso", anunció él mismo.
Está previsto que el Pontífice se mude a este lugar elegido como residencia de verano por los pontífices desde mediados del siglo XVII esta tarde en torno a las 17:00 (hora local). Allí permanecerá hasta el día 20 de julio cuando regresará al Vaticano.
El Pontífice deseó que "todos que puedan disfrutar de unas vacaciones para recuperar el cuerpo y el espíritu".
Durante el rezo mariano, la única cita pública del Papa durante este mes de julio, en el que ha reducido su agenda y se han cancelado las audiencias generales de los miércoles, reivindicó la “importancia de la misión” a la que todos los católicos están llamados, cada uno según su vocación y en las situaciones concretas en las que el Señor lo ha puesto.