El Óbolo de San Pedro recaudó 58 millones de euros en 2024, seis más que en el año anterior

La primera vez que se hizo público un informe con estos datos fue en 2021, cuando las aportaciones fueron de 46,9 millones y se gastaron 65,3 millones de euros.

De dónde vienen las donaciones

El grueso de los ingresos (54,3 millones de euros) provino de donaciones realizadas por diócesis (59%), particulares (16%), fundaciones (22%) y órdenes religiosas (3%). 

Por países, Estados Unidos lideró las contribuciones con 13,7 millones de euros, el 25,2 % del total, seguido de Francia (8 M€), Italia (2,8 M€), Brasil, Alemania, Corea, México, Irlanda, España y Colombia.

Las donaciones se recibieron a través de las colectas diocesanas en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, aportes directos por medios digitales —como la web oficial del Óbolo— y legados testamentarios.

¿En qué se gastó el dinero?

Los gastos totales del fondo fueron de 75,4 millones de euros, incluyendo 74,5 millones en contribuciones concedidas y 0,9 millones en otros gastos financieros.

De los 74,5 millones de euros en contribuciones concedidas, 61,2 millones fueron destinados a sostener las actividades del Papa y la Santa Sede —como nunciaturas, dicasterios y medios de comunicación vaticanos—, y 13,3 millones se dedicaron a proyectos directos de asistencia a los más necesitados en 66 países.

Proyectos de asistencia directa: 239 iniciativas en 66 países

En 2024, el Óbolo de San Pedro financió 239 proyectos en 66 países de todo el mundo, con un enfoque prioritario en África con 64 proyectos y 5,7 millones de euros invertidos. De hecho, este continente concentró el mayor porcentaje (43% del presupuesto), seguido por Europa (25%), Asia (17%), América (14%) y Oceanía (1%).

El informe anual destaca especialmente que en Europa, donde se realizaron 118 proyectos y se invirtieron 3,3 millones millones de euros, se concedieron becas de estudio a sacerdotes, seminaristas y religiosos procedentes de África, América Latina y Asia, permitiéndoles acceder a formación en universidades pontificias. Además, se destinaron fondos de ayuda humanitaria para asistir a la población ucraniana, afectada por la guerra.

Entre los proyectos más destacados figuran: la construcción de un centro misionero en Senegal, la edificación de una parroquia en Perú, la creación de un albergue para niñas en Tailandia, la construcción de un edificio de rehabilitación para personas con discapacidad en Rumanía, la puesta en marcha de un programa de atención sanitaria para familias vulnerables en Siria y la restauración de un monasterio en Cuba.

Sostener la misión universal del Papa

El Óbolo también contribuyó con 61,2 millones de euros al sostenimiento de la misión apostólica del Papa, que incluye el apoyo a Iglesias locales en dificultad, la gestión de la diplomacia vaticana, la comunicación evangelizadora y el patrimonio histórico.

Los gastos en este apartado totalizaron 367,4 millones de euros en 2024, por lo que el Óbolo cubrió aproximadamente el 17% del total, es decir, 61,2 millones de euros. Las mayores partidas cubiertas fueron destinadas al apoyo a Iglesias locales (24,4 M€), proyectos de comunicación evangelizadora (7,6 M€), al apoyo de nunciaturas apostólicas (6,5 M€) y a obras de caridad (6,2 M€).

La Santa Sede subraya en el comunicado que el Óbolo de San Pedro no es solo un fondo de emergencia, sino una herramienta concreta de solidaridad eclesial, mediante la cual los fieles de todo el mundo sostienen la labor del Papa en su dimensión espiritual, diplomática, pastoral y caritativa.