Después de una década de restauración minuciosa, la imponente Sala de Constantino, en el Palacio Apostólico del Vaticano, en la que figura la obra maestra de Rafael que representa la victoria de Constantino contra Majencio en el Puente Milvio, ha sido devuelta a su esplendor original.
Este espacio, el más grande de las conocidas Estancias de Rafael, fue parcialmente cerrado al público desde 2015 debido a los delicados trabajos de conservación que, finalmente, han culminado con un resultado calificado como “ejemplar” por la dirección de los Museos Vaticanos.
“En cierto modo, hemos reescrito la historia del arte”, explicó durante la presentación a la prensa, celebrada en los Museos Vaticanos el jueves 26 de junio, la directora de los Museos del Vaticano, Barbara Jatta.
Junto a ella, intervinieron también Fabrizio Biferali, supervisor del departamento de arte de los siglos XV y XVI; Fabio Piacentini y Francesca Persegati, del Laboratorio de Restauración de Pintura y Materiales Leñosos; y Fabio Morresi, responsable del Gabinete de Investigaciones Científicas subrayando el valor científico, técnico y simbólico de un proyecto que ha sacado a la luz descubrimientos revolucionarios sobre las técnicas y métodos del maestro renacentista.
La restauración, que comenzó en marzo de 2015 y finalizó en diciembre de 2024, ha permitido no sólo recuperar el brillo de los frescos encargados por el Papa León X a Rafael Sanzio (1483–1520), sino también revelar importantes novedades técnicas y artísticas sobre uno de los grandes talleres del Renacimiento.
El proceso, desarrollado en ocho fases, comenzó en la pared de La visión de la cruz y concluyó con la bóveda decorada por Tommaso Laureti. La planificación de los andamios siguió la misma secuencia que la ejecución original de las pinturas, lo que permitió una lectura diacrónica de la evolución del conjunto.