El Cardenal filipino Pablo Virgilio David hizo “un grito a la conciencia” del pueblo judío de Israel, “al corazón de una nación”, para detener la guerra con Hamás, que afecta gravemente a Gaza, donde la situación de emergencia humanitaria sólo empeora a causa del conflicto.
En una publicación en sus redes sociales del 20 de junio, titulada “Un grito a la conciencia de Israel”, el Obispo de Kalookan ofrece un camino para lograr la paz en la región donde, según UNICEF, unos 50.000 niños han muerto o han resultado heridos a causa de la guerra.
El purpurado, que participó en el cónclave que eligió al Papa León XIV, señala que le “rompe el corazón” que “un pueblo que ha conocido un sufrimiento indescriptible a lo largo de la historia —cuyo recuerdo del Holocausto aún llora desde las cenizas— sea dirigido ahora por ideólogos ciegos a la ironía de sus propios actos. ¿Por qué cálculo moral no ven que su implacable agresión alimenta el mismo antisemitismo que una vez amenazó con aniquilarlos?”.
El poder para poner fin al conflicto está en “el corazón de una nación”
En su opinión, “el poder para poner fin a la hambruna, el desplazamiento y la carnicería en Gaza no reside en el Primer Ministro Netanyahu ni en su gobierno. Ni en las Naciones Unidas ni en la Unión Europea. Ni en Estados Unidos, Irán, China, Rusia o los estados árabes. Todos ellos pueden adoptar posturas e intervenir, pero no pueden cambiar el corazón de una nación”.
“Los únicos que pueden detener esto son el propio pueblo judío —tanto en Israel como en toda la diáspora— los que saben, por la profundidad de su experiencia histórica, lo que significa sufrir la violencia nacida del odio y la xenofobia”, subraya el cardenal de la nación con más católicos de Asia.