Al cumplir 43 años de sacerdocio, el Papa León XIV sigue siendo recordado con cariño en las parroquias del norte del Perú donde inició su camino pastoral como fraile agustino.
Una de esas comunidades es la Catedral Sagrada Familia, en la Diócesis de Chulucanas (región Piura, en el norte del Perú), donde el joven fraile agustino fue misionero entre 1985 y 1986 y celebraba habitualmente la Eucaristía.
“Era un hombre muy sencillo. Para nosotros es una alegría tremenda que él sea el Papa”, expresó emocionada a EWTN Noticias, María Flores, secretaria de la catedral, al evocar al entonces “padre Roberto”, quien sigue siendo recordado con cariño por los fieles locales.
Muy cerca de allí, en la parroquia San José Obrero, también sirvió a los fieles y a un entusiasta grupo de acólitos. Uno de ellos, José Luis Suárez, recuerda con claridad aquellos años: “Yo tenía 12 años. Compartíamos encuentros con los monaguillos de la Sagrada Familia. El P. Roberto era un excelente sacerdote”.
Su camino pastoral lo llevó después a Trujillo, unos 480 kilómetros al sur. En esta ciudad rica en historia y tradiciones, el ahora Papa León XIV impulsó una pastoral juvenil activa y misionera. Junto a otros agustinos, promovió el “Plan NIP” —Nueva Imagen de Parroquia—, con el objetivo de llegar a quienes estaban alejados de la fe.