En medio de las renovadas tensiones en Medio Oriente, la Archieparquía Siria Católica de Mosul y sus alrededores ha continuado con su tradición de celebrar la Primera Comunión para los niños en Qaraqosh (Baghdeda), en Irak. Más de 450 niños y niñas recibieron el sacramento durante las liturgias celebradas en el último mes en varias iglesias de la ciudad.
En sus homilías durante las celebraciones, el arzobispo Benedictus Hanno elogió la fe firme de la comunidad cristiana local, enfatizando su determinación de regresar a su tierra ancestral a pesar del sufrimiento que soportaron debido al desplazamiento forzado.
“Cuando vemos a este radiante grupo recibiendo el Cuerpo de Cristo con fe, sabemos que nuestras familias permanecen firmes en su compromiso, y que nuestra Iglesia continúa creciendo y floreciendo”, dijo.
Mons. Hanno también destacó el papel vital de las familias católicas en el cultivo de la fe de sus hijos: “Cuando el padre y la madre están unidos en la fe, la familia se convierte en un castillo fortificado, capaz de resistir la tentación, el mal y la desviación moral”.
El arzobispo subrayó que estas celebraciones son “una gran alegría para nuestra Iglesia y un testimonio vivo de la renovación y perseverancia de la fe cristiana”.