Fallece en el exilio Violeta Chamorro, expresidenta de Nicaragua, a los 95 años

“Representa la fe de un pueblo en el cambio, la fe de un pueblo en la paz, la fe de un pueblo en un futuro mejor. Yo creo que todavía hoy, doña Violeta nos dice que no perdamos la fe, que se puede salir adelante, se puede tener días mejores, y ese es el símbolo más grande, el símbolo de la paz que vence el odio, la paz que no es una paz terrenal, sino que es una paz que viene de Dios”, agregó.

“Hoy Doña Violeta sigue más viva que nunca porque nos dice no pierdan la fe, no pierdan la esperanza, Nicaragua volverá a ser república, Nicaragua volverá a ser libre”, resaltó McFields.

El triunfo de Doña Violeta contra Daniel Ortega fue “un punto de inflexión” en Nicaragua

Un sacerdote nicaragüense en el exilio, que prefiere mantenerse en el anonimato para evitar represalias del régimen de Ortega contra él y su familia, comparte con ACI Prensa que “hablar del triunfo de Violeta Barrios de Chamorro en 1990 es recordar un punto de inflexión en nuestra historia: para nosotros fue la transición más esperanzadora después de una guerra civil que dejó miles de muertos”.

En las elecciones presidenciales de febrero de 1990, Violeta Chamorro derrotó a Daniel Ortega, y se convirtió en la primera mujer elegida presidenta en el continente americano. Gobernó hasta 1997.

“Por medio del voto popular, en una elección donde el pueblo tuvo que enfrentarse a la dictadura Sandinista, se cerró el ciclo de la revolución armada y abrió el camino a la reconstrucción del país con libertad y reconciliación”, resaltó el sacerdote. “Con su triunfo se eliminó el bloqueo económico que nos tenía en una situación igual o similar a Cuba con las tarjetas de racionamiento”, añadió.

"Violeta Barrios tuvo que enfrentarse al mismo Frente Sandinista, que lejos de contribuir al proceso de pacificación, actuó como un frente de batalla político haciendo paros, azuzando protestas y usando sus estructuras paralelas para entorpecer los esfuerzos de gobernabilidad y reconstrucción” porque no podían aceptar que “habían perdido las elecciones”.

Doña Violeta "en mí evoca paz"

Martha Patricia Molina, investigadora y autora del informe Nicaragua: Una Iglesia perseguida, que en su última edición de diciembre de 2024 da cuenta de casi 1.000 ataques de la dictadura, dijo a ACI Prensa que "la imagen de doña Violeta Barrios de Chamorro en mí evoca paz. Ella es la persona en que se depositó confianza y llegó el cambio a nuestro país".

"Yo era niña en ese momento pero mis recuerdos antes de su toma de posesión eran de un sandinismo de guerra y muerte, ver a mis tíos y papá en una base militar y yo llorando porque nos teníamos que separar, torturas en prisión a uno de mis familiares, no tener juguetes, una educación en donde nos adoctrinaban, no teníamos comida", relató.

"Con la llegada al poder de doña Violeta todo cambió y la vida de los nicaragüenses y mía mejoró. Lamento su pérdida física pero se que y ella disfruta de su pascua y que Dios la ha recibido alegremente. Fue una excelente mujer", subrayó Molina.

“Doña Violenta nunca hizo del poder un pedestal”

Félix Maradiaga, ex preso político y excandidato presidencial, dijo a ACI Prensa que “la partida de Doña Violeta no solo enluta a su familia y a quienes la conocimos, sino que marca un momento profundamente significativo en la historia de Nicaragua, no sólo por ser la principal figura de la nación en la transición de la guerra a la paz, sino incluso por su fallecimiento en el exilio, en el contexto de una dictadura nefasta, impuesta precisamente por quienes ella derrotó en las urnas”.

“Fue el reflejo de una mujer que creía en la paz como un acto de fe y en la política como un ejercicio de conciencia”, remarcó.

Maradiaga, que conoció a la expresidenta siendo estudiante universitario, destacó además que “Doña Violeta nunca hizo del poder un pedestal. Al concluir su mandato, volvió sin ostentación a su casa en el barrio Las Palmas, con la frente en alto y las manos limpias”.

Tras señalar que “como todo gobierno, el suyo tuvo aciertos y errores. La historia los analizará”, el excandidato presidencial dijo tener “la certeza cristiana de que doña Violeta —mujer de oración y de fe profunda— ya descansa en la presencia de Dios, abrazando a su amado esposo, Pedro Joaquín Chamorro, mártir del periodismo libre, con quien compartió no solo la vida, sino una causa: la libertad y la dignidad de Nicaragua”.

Para concluir, Félix Maradiaga subrayó que “Doña Violeta vive en el alma de un pueblo que no la olvida. Su legado nos llama a perseverar. Porque la decencia no es debilidad. Es, muchas veces, la forma más noble de la fuerza”.

¿Quién fue Violeta Chamorro?

Violeta Barrios de Chamorro fue presidenta de Nicaragua entre 1990 y 1997. Nació en Rivas el 18 de octubre de 1929. Fue también periodista.

Poco después de la caída del dictador Anastasio Somoza en 1979, se estableció una Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional de cinco miembros: tres del Frente Sandinista y dos independientes, una de los cuales fue Violeta Barrios de Chamorro.

Renunció a la Junta en abril de 1980 debido al rumbo socialista que tomaba el FSLN y la influencia de Cuba en el gobierno.

En 1990 lideró la coalición Unión Nacional Opositora (UNO), con la que triunfó en las elecciones presidenciales contra Ortega.

Su esposo fue Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, periodista y director del periódico nicaragüense, La Prensa, opositor al régimen de Somoza, que fue asesinado en 1978.

ACTUALIZACIÓN EL 13 DE JUNIO A LAS 19:33 (GMT-5): Se añadió las declaraciones de Félix Maradiaga.