El Papa León XIV pidió a los cerca de 3.000 trabajadores de la Santa Sede, que además de cardenales, obispos y religiosos incluye a numerosos laicos, que procuren ser santos, al tiempo que aseguró que “la fecundidad de la Iglesia depende de la cruz de Cristo”.
“Toda la fecundidad de la Iglesia y de la Santa Sede depende de la cruz de Cristo. De lo contrario, es apariencia, si no algo peor”, señaló durante la Misa que presidió esta mañana en la Basílica de San Pedro del Vaticano, con motivo del Jubileo de la Santa Sede, uno de los actos previstos en el Año Santo 2025.
Para ahondar en esta idea citó al influyente teólogo suizo Hans Urs von Balthasar, que escribió: “Si ella [la Iglesia] es el árbol que sale del granito de mostaza, este árbol está a su vez destinado a llevar granos de mostaza; frutos, por tanto, que repiten la forma de la cruz, porque se deben a ella”.
El Pontífice dejó claro ante los empleados vaticanos —que se unieron a la peregrinación junto al Papa León XIV, atravesando la Puerta Santa como signo de renovación espiritual y comunión eclesial—, que “la mejor manera de servir a la Santa Sede es procurar ser santos, cada uno según su estado de vida y la tarea que se le ha confiado”.
En este sentido, puso el ejemplo de un sacerdote que “lleva una cruz pesada a causa de su ministerio, y sin embargo cada día va a la oficina y trata de hacer su trabajo lo mejor posible, con amor y con fe”. Según explicó, ese presbítero “participa y contribuye a la fecundidad de la Iglesia”.