En su primera audiencia general, cuando se cumplen 13 días desde que fue elegido, el Papa León XIV aseguró que el amor de Dios se aleja de los cálculos humanos, ya que actúa como el sembrador de la parábola de Jesús, que “sale a sembrar, pero no se preocupa de dónde cae la semilla”.
“Estamos acostumbrados a calcular las cosas —y a veces es necesario—, ¡pero esto no vale en el amor!”, exclamó el Pontífice. “Es Dios quien mueve la historia, aunque a veces nos parezca ausente o lejano”, añadió a continuación.
En su catequesis, quiso retomar el tema “Jesucristo, nuestra esperanza”, iniciado por el Papa Francisco, de cuya muerte se cumple precisamente un mes este miércoles. A partir del análisis de la parábola del sembrador, mostró cómo obra Dios en la historia.
Según explicó, en este relato se puede reconocer la forma de comunicarse de Jesús, que es como una “enseñanza” para el anuncio del Evangelio hoy.
“La parábola suscita en nosotros interrogantes, nos invita a no quedarnos en las apariencias”, explicó, tras constatar que este episodio del Evangelio habla precisamente de la dinámica de la palabra de Dios y de los efectos que produce.
De este modo, insistió en que la palabra del Evangelio es “como una semilla que se arroja al terreno”, que debe interpretarse como “nuestra vida”, “nuestro corazón”, pero también “el mundo, la comunidad y la Iglesia”. Así constató que Jesús “está dispuesto a morir para transformar nuestra vida” y que su palabra es “para todos”, si bien “actúa en cada uno de manera diferente”.