“El estudio y la profundización son fundamentales, al igual que el encuentro y la escucha de los pobres, tesoro de la Iglesia y de la humanidad”, afirmó el Papa León XIV durante una audiencia celebrada esta mañana con los miembros de la Fundación “Centesimus Annus Pro Pontifice”.
Esta Fundación, que este año celebra más de 30 años de existencia, fue creada el 1 de mayo de 1991 por San Juan Pablo II con motivo del centenario de la encíclica Rerum novarum del Papa León XIII, considerada el punto de partida de la Doctrina Social de la Iglesia moderna y una de las razones por las que el Cardenal Robert Prevost decidió llamarse León XIV tras ser elegido Papa.
Además de promover la reflexión ética en temas económicos y sociales, la Fundación se sostiene gracias a donantes de todo el mundo y realiza cada año una generosa donación a las obras de caridad del Papa.
En su discurso en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Santo Padre insistió en que, en medio de un mundo marcado por “guerras, cambios climáticos, desigualdades crecientes y precariedad laboral y de derechos”, la Doctrina Social de la Iglesia está llamada a “ofrecer claves interpretativas que pongan en diálogo la ciencia y la conciencia, ofreciendo así una contribución fundamental al conocimiento, a la esperanza y a la paz”.
“La Doctrina Social, de hecho, nos educa a reconocer que lo más importante no son los problemas, ni siquiera las respuestas a ellos, sino el modo en que los afrontamos, con criterios de evaluación y principios éticos, y con apertura a la gracia de Dios”, aseguró el Pontífice.
Asimismo, recordó que, en medio de la revolución digital en curso, “el mandato de educar al sentido crítico debe redescubrirse, explicitarse y cultivarse, combatiendo las tentaciones contrarias, que también pueden atravesar el cuerpo eclesial”.