El estado de salud del Papa Francisco, que el pasado domingo apareció por sorpresa en la plaza San Pedro para saludar y bendecir a los fieles, permanece clínicamente estable, con algunas señales de leves mejoras, particularmente en la voz y la movilidad.
Según informó esta mañana el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, no hay “novedades” reseñables desde el punto de vista médico, pero “su condición clínica permanece estable”.
Aunque la neumonía bilateral que padece aún persiste, disminuye de forma gradual, si bien “no hay indicaciones particulares en los resultados de los análisis” que se le han efectuado en los últimos días.
El Pontífice continúa recibiendo oxígeno de flujos altos durante la noche y en momentos puntuales del día a través de la mascarilla con bolsa reservorio, que le administra concentraciones de oxígeno más altas (hasta un 90-100%).
El resto del día usa cánulas nasales para respirar, como las que llevaba el domingo con la bombona de oxígeno instalada en la parte trasera de su silla de ruedas.
El Papa Francisco continúa con los ejercicios de fisioterapia motora y respiratoria, así como con la terapia farmacológica prescrita para paliar la infección pulmonar.