La Iglesia Católica en México expresó su “profunda indignación y dolor” tras el descubrimiento de un campo de entrenamiento y exterminio del crimen organizado en un rancho del estado de Jalisco donde se encontraron crematorios clandestinos.
El sitio fue localizado en el rancho Izaguirre, en el municipio de Teuchitlán, a unos 60 kilómetros de Guadalajara, la capital del estado, por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, una organización de familiares de personas desaparecidas que buscan fosas clandestinas con la esperanza de encontrar a sus seres queridos.
Según la Fiscalía del Estado de Jalisco, hasta el momento “se han detectado seis lotes óseos en cuatro espacios en el predio” que corresponderían a más de 200 víctimas.
El lugar ya era conocido por las autoridades desde que la Guardia Nacional realizó un operativo el 18 de septiembre de 2024 en el que detuvo a diez personas, de acuerdo con la misma Fiscalía.
En el lugar encontraron un área de entrenamiento táctico y otra de acondicionamiento físico, así como prendas e indumentaria que habría sido usada tanto por los criminales como por sus víctimas.