Una década después de la legalización de la eutanasia en Canadá, los activistas provida dicen que los vientos políticos y culturales están cambiando a favor de la vida, pero aún queda mucho trabajo por hacer para que retroceda el permisivo régimen de muerte asistida del país.
En febrero de 2015, la Corte Suprema de Canadá dictaminó en el caso Carter vs. Canadá que la prohibición de la muerte asistida era ilegal. Esto permitió por primera vez que los médicos pudieran ayudar a matar a pacientes que sufrían enfermedades incurables.
El tribunal retrasó la implementación de la muerte asistida durante más de un año. La práctica finalmente se volvió legal en junio de 2016.
El quinto informe anual de Health Canada sobre la Asistencia Médica para Morir (MAID), publicado en diciembre de 2024, reveló que la eutanasia es responsable de casi 1 de cada 20 muertes en el país, con 15.343 personas sacrificadas por funcionarios médicos en 2023.
Los provida canadienses han trabajado durante estos años para hacer retroceder la eutanasia. Sin embargo, esta práctica se ha vuelto más permisiva con una legislación en 2021 que permitió sacrificar a pacientes cuyas muertes "no eran razonablemente previsibles".
Alex Schadenberg, director ejecutivo de la Coalición para la Prevención de la Eutanasia de Canadá, dijo a CNA —agencia en inglés de EWTN News— que la lucha contra la eutanasia es "una batalla a largo plazo".