En medio del conflicto bélico que, por más de una década, ha sembrado muerte y destrucción debido a la guerra civil en Siria, brilla una llama de esperanza que no se apaga: la Casa Salesiana de Alepo, un refugio donde los jóvenes encuentran un espacio para vivir su fe y crecer en comunidad.
El conflicto civil que azota Siria desde hace más de 13 años se intensificó a finales de noviembre con una nueva ofensiva del grupo yihadista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), que llevó a la caída del presidente Bashar al-Ásad tras 24 años en el poder.
Antes del conflicto, Alepo era la tercera ciudad con mayor presencia cristiana en el mundo árabe. En la actualidad, su comunidad cristiana ha disminuido drásticamente, pasando de 300.000 a menos de 30.000 personas.
En medio de esa realidad, la Casa de Salesiana es un oasis de paz y esperanza para los jóvenes. En 2017, el Inspector de la provincia salesiana del Medio Oriente, Abuna Munir, compartió al entonces rector mayor de la Congregación Salesiana, hoy Cardenal Ángel Fernández, que: “Don Bosco está más vivo que nunca en Siria, en Alepo”.
“En medio de los escombros, la casa salesiana abre todos los días sus puertas para recibir a cientos de niños y jóvenes. Nosotros queremos que entre tanta muerte, continúe la vida”, aseguró.