El Papa Francisco ha recibido este viernes a los seminaristas de la Diócesis de Córdoba (España) que han peregrinado a Roma con motivo del Año Jubilar, a quienes ha afirmado que sembrar esperanza no es “optar por el buenismo dulzón”.
En su alocución, el Pontífice señaló que la esperanza, virtud teologal sobre la que se asienta la convocatoria del Jubileo ordinario de 2025, se puede identificar en tres indicaciones que van marcando el camino de la vida: la dirección, los peligros del camino y las zonas de avituallamiento.
Respecto de la dirección, el Papa Francisco expuso que es “hacia el cielo, al encuentro definitivo con Jesús” en contraposición “a las primeras posiciones” o los sitios “más cómodos”.
Estos últimos “son callejones sin salida que, si tenemos la desdicha de embocarlos, debemos salir marcha atrás con trabajo y vergüenza”.
La segunda señal enumerada por el Papa Francisco a los candidatos al sacerdocio del Seminario Mayor San Pelagio y el Seminario Redemptoris Mater San Juan de Ávila, estaba referida a “los peligros en el camino”.
Tomando el ejemplo de San Pelagio -de cuyo martirio en el lugar donde se encuentra el seminario de Córdoba se cumplen 1.100 años-, el Papa Francisco animó a seguir los pasos del santo niño y “en medio del dolor de una guerra, de la crueldad más indigna del ser humano, armados con el yelmo de la esperanza, se puede dar testimonio”.