Más de un mes después del cambio político en Siria, los cristianos de ese país están expresando una sensación de alivio, pues, según se informa, el gobierno de facto les ha dado garantías iniciales de seguridad. Los cristianos siguen pidiendo garantías más concretas, aunque las opiniones difieren sobre la forma que deberían adoptar esas garantías.
Para algunos cristianos, la Iglesia sigue siendo su principal salvaguarda, como lo ha sido desde el dominio otomano. En esta perspectiva, el clero es el encargado de representar a sus comunidades en los ámbitos político y jurídico.
El Patriarca Ortodoxo Griego, Juan X (Yazigi), es el líder cristiano más visible en Siria, junto con el Vicario Apostólico Latino, el obispo Hanna Jallouf. Este último mantiene una relación sólida y duradera con las nuevas autoridades. Recientemente visitó su ciudad natal y su parroquia (Al-Qaniya, en la zona rural de Idlib) por primera vez desde su nombramiento episcopal, donde fue recibido calurosamente.
A pesar de una importante reunión entre líderes y representantes de la Iglesia con Ahmed Al-Sharaa, el jefe de la nueva administración de Siria, tres patriarcas con base en Damasco estuvieron notablemente ausentes. Según se informó, la ausencia se debió a la visita habitual del Patriarca Yazigi para felicitar al nuevo líder, una visita que tradicionalmente precede a cualquier otra reunión con el clero.