En un contexto de crisis socioeconómica, los sacerdotes cubanos José Conrado y Jesús Fernando Marcoleta han compartido, desde diferentes partes de la isla, homilías cargadas de esperanza por un mejor futuro, pero también de denuncia ante los atropellos del régimen.
Ambas homilías, pronunciadas durante la Navidad, hacen eco de la necesidad de unidad, reconciliación y el retorno a los valores fundamentales para superar la adversidad.
El P. José Conrado, sacerdote de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba, con una trayectoria de más de 40 años acompañando a comunidades dentro de la isla y en el exilio, reflexionó sobre el sufrimiento de sus compatriotas: “Lloro por Cuba porque me duele Cuba. Me duele el dolor de mis hermanos”.
En su mensaje, destacó que el mayor mal en la isla no son las carencias materiales, sino la pérdida de la verdad y la fractura social causada por la represión y el miedo: “Hemos vivido en la mentira y ahora no sabemos encontrar el camino de la Verdad”.
Por su parte, el P. Jesús Fernando Marcoleta, párroco en Varadero, enfatizó el carácter transformador de la Navidad como un faro de luz en medio de la oscuridad: “Ahora que nos ahoga el vivir sin luz, la Navidad de Jesús se hace más propicia en tanto es más noche en cada uno de nosotros y más noche en la nación”.
También recordó que, aunque el pueblo cubano vive momentos de desesperanza, es en la Navidad donde puede renacer un futuro nuevo: “Todo ser humano tiene derecho a la esperanza, a la buena esperanza”.