El Santo Cura de Ars, San Juan María Vianney, lo conoció y señaló que era un santo. "El mundo se opone a su obra porque no la conoce, pero se trata de una empresa que logrará grandes cosas por la gloria de Dios. ¡Adoración sacerdotal, qué maravilla!", añadió el patrono de sacerdotes y párrocos.
En este sentido, para el que no sepa cómo orar, el santo recomienda decirle al Señor lo siguiente: "Oh Jesús, yo no sé adorar; pero te ofrezco las palabras, los impulsos del corazón de tu Madre, que es también el mío; yo no sé adorar, pero te repetiré su adoración por los pecadores, por la conversión del mundo y por todas las necesidades de la Iglesia".