El sacerdote Ismael Rojo salvó la vida de un hombre que pretendía suicidarse lanzándose por un viaducto de 23 metros de altura situado en pleno centro de Madrid (España).

El sacerdote –que fue ordenado presbítero hace menos de dos semanas– caminaba rezando el pasado jueves por el viaducto, cuando advirtió que el hombre se había colado entre la barandilla del puente y la mampara de vidrio que protege a los viandantes.

"Pensé que eso solo podía significar una cosa, que se quería quitar la vida", refirió al programa de televisión Espejo Público de Antena 3.

El P. Rojo intentó distraer al hombre de su objetivo con pequeños golpes en el cristal que los separaba. El hombre se giró y le dijo: "Padre, he pecado. Mi vida no tiene sentido he hecho algo muy gordo y me voy a matar".

"Yo le dije que eso no tenía sentido y que en la vida todo tenía remedio… Tuve la suerte de que venían unos seminaristas y les hice un gesto de que llamaran al 112 porque este hombre se tiraba", explicó.

En ese lapso de tiempo el sacerdote aprovechó para restituir un billete de 10 euros que habían caído del bolsillo del hombre, e intentó establecer una conversación mientras rezaba para ganar algo de tiempo.

Un joven seminarista, Ismael, y un repartidor llamado Ernesto, llegaron en sufragio del sacerdote para salvar al hombre. Ambos saltaron la valla y "lograron sujetarlo antes de que se tirara, porque –asegura-, ya tenía medio cuerpo fuera".

El P. Rojo  está intentando localizar al suicida para hablar con él y darle atención espiritual.

"Creo que esta persona está mal. Está muy triste. Para llegar a ese extremo tiene que haberle pasado algo muy gordo", lamentó.