Cada 16 de julio los católicos celebramos la fiesta de una de las advocaciones marianas más conocidas, la Virgen del Carmen, cuyo escapulario lo llevan millones de fieles en todo el mundo por las promesas hechas por la Madre de Dios para llegar al cielo.
El Monte Carmelo es una cadena montañosa situada junto al mar en Tierra Santa, Israel. Fue el lugar donde algunos profetas rendían culto a Dios, entre ellos Elías. Es además en donde el 16 de julio de 1251 la Virgen se apareció a San Simón Stock, general de la orden Carmelita en respuesta a su humilde súplica que invocaba su protección para la Orden.
En ese encuentro, la Santísima Virgen le da el escapulario señalando que será un signo de privilegio para él y para todos los carmelitas, además prometió que serán auxiliados en sus necesidades y quien muera usando el escapulario luego de una vida en fidelidad a Dios, no sufrirá el fuego eterno y obtendrá la liberación de las penas del purgatorio.