Los padres de las pequeñas Hope y Faith (Esperanza y Fe, en inglés), aseguraron que la vida de sus hijas siamesas, que tenían dos cabezas pero un mismo cuerpo, fue una bendición, a pesar de su brevedad, pues fallecieron a los 19 días.
En declaraciones a la prensa local, Renee Young y Simon Howie, padres de las bebés, aseguraron que "hemos sido bendecidos por haber llegado tan lejos".
"Simplemente las encuentro adorables", dijo Renee.