6 de febrero de 2013 / 10:04 AM
Queridos hermanos y hermanas:
El Credo, que comienza calificando a Dios como "Padre Todopoderoso", como ya meditamos la semana pasada, añade luego que Él es "el Creador del cielo y de la tierra", y así retoma la afirmación con la que empieza la Biblia. En el primer versículo de la Sagrada Escritura, se lee, en efecto, como hemos escuchado: "Al principio Dios creó el cielo y la tierra" (Génesis 1,1): es Dios el origen de todas las cosas y en la belleza de la creación se despliega su omnipotencia de Padre amoroso.
Dios se manifiesta como Padre en la creación, como origen de la vida y, al crear, muestra su omnipotencia. Las imágenes utilizadas por la Sagrada Escritura sobre esto son muy sugerentes (cf. Is 40,12, 45,18, 48,13, Salmos 104,2.5, 135,7, Pr 8, 27-29). Él, como Padre bueno y poderoso, cuida todo lo que ha creado con un amor y una fidelidad que nunca faltan (cf. Sal 57,11, 108,5, 36,6).