El P. Amado Picardal, de 63 años, indicó que se ha visto obligado a esconderse por las amenazas que ha recibido a causa de sus críticas al presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte; en especial a su "lucha contra las drogas" que está provocando ejecuciones extrajudiciales.
Según informó la agencia vaticana Fides, el sacerdote redentorista ha ayudado "a documentar las ejecuciones extrajudiciales desde que Rodrigo Duterte era alcalde de la ciudad de Davao".
En declaraciones a Fides, el P. Picardal dijo que el 27 de agosto se vio obligado a retirarse "a un lugar seguro" después que unos hombres en una motocicleta comenzaran a vigilar el monasterio de la ciudad de Cebú donde vive el religioso.