Es tradición que todos los años los católicos reciban la bendición de sus palmas durante la Misa del Domingo de Ramos, celebrada para conmemorar la llegada de Cristo a Jerusalén e iniciar la Semana Santa. Sin embargo, debido a la pandemia mundial del coronavirus y la cuarentena, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos anunció cambios excepcionales que han generado iniciativas novedosas por parte de religiosos y fieles.
El decreto, publicado el 25 de marzo, establece que se celebren los ritos de Semana Santa y el Triduo Pascual sin la presencia física del pueblo y "en un lugar adecuado, evitando la concelebración y omitiendo el saludo de paz". Además, que se cambien las fechas de las "expresiones de piedad popular y las procesiones" a "otras más convenientes" a juicio del obispo diocesano, como "el 14 y 15 de septiembre".
Por ello, en el Domingo Ramos, a celebrarse este año el 5 de abril, los fieles solo podrán participar de la Misa y ritos desde sus casas y a través de los medios de comunicación. Estas disposiciones hicieron que algunos católicos en Maine (Estados Unidos), se sientan alentados a adoptar una práctica devocional que sustituya las palmas tradicionales, por ramas de pino.