Al concluir su primera asamblea general de este año, la Conferencia Argentina de Religiosas y Religiosos (Confar) recalcó la necesidad de ser "más contemplativos, humildes y respetuosos frente a la compleja diversidad que nos habita", y expresó su compromiso con la prevención de abusos dentro de la Iglesia.

La asamblea anual se realizó del 2 al 5 de abril en la casa de ejercicios El Cenáculo La Montonera, de Pilar, bajo el lema "Hagan lo que Él diga, ya es la hora".

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En su declaración, la Confar explicó que "hemos dedicado una jornada para acercarnos a la realidad de los abusos en la Iglesia, dejándonos afectar por el dolor de las víctimas".

En ese sentido, afirmó que "queremos salir de la actitud defensiva y comprometernos con el cuidado y la prevención, en solidaridad con quienes han sufrido estos abusos. Queremos vivir un nuevo modo de relación donde el buen trato nos resguarde del abuso del poder y estar decididamente al lado de las víctimas".

Al contemplar el pasaje del Evangelio de las Bodas de Caná, los religiosos acogieron la invitación del lema de la asamblea a "tener una mirada atenta, como la de la Madre de Jesús, para estar presentes en las diferentes situaciones donde falta el vino de la alegría y de la esperanza".

"Frente al gesto transformador de Jesús en las bodas de Caná, nos sentimos llamados a dejarnos transformar para vivir una densidad evangélica desbordante. La Madre de Jesús adelanta la hora y nos dice: 'Hagan lo que Él diga'", expresa la declaración.

Este tiempo "de cambios rápidos y profundos" desafía a los religiosos a un "discernimiento constante", por lo que "nos urge a cultivar una interioridad que nos lleve a la integridad y nos saque de la autorreferencialidad".

"También vislumbramos la llamada a evolucionar en nuestro método de análisis de la realidad, siendo más contemplativos, humildes y respetuosos frente a la compleja diversidad que nos habita" reflexionó la Confar.

Al concluir su mensaje, los religiosos de Argentina se comprometieron a "trabajar por el bien común, el respeto a la dignidad y los derechos de las personas" desde su identidad de "servidores atentos a la voz de Jesús, que nos invita a llenar las tinajas hasta el borde".