El Postulador de la causa de canonización del Siervo de Dios Juan Pablo I, Mons. Enrico Dal Covolo, explicó que la Beatificación del Papa Juan Pablo I podría ser anunciada a fines de año con ocasión del centenario de su nacimiento y el inicio del Año de la Fe.

En una entrevista concedida el 13 de julio en Roma a ACI Prensa/EWTN Noticias, Mons. Dal Covolo explicó que el próximo 17 de octubre, en el centenario del nacimiento del Papa Luciani, “entregaré al Cardenal Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, la Positio - que para entonces estará terminada”.

Mons. Dal Covolo señaló también que en ocasiones, si se dan diversos acontecimientos especiales, como es el centenario de su nacimiento, la entrada en el Año de la Fe y el 50 aniversario del Concilio Vaticano II, se acelera el proceso.

La Positio -el libro que relata la vida, los escritos y los testimonios de quienes dieron testimonio de su santidad-, está muy avanzada.
La familia del Prelado era muy amiga del difunto Pontífice.

“Cuando lo conocí ya era sacerdote –explica-, y luego se convirtió en vicario general de la diócesis de Belluno-Feltri, cuando mi tío era su compañero – el Padre Antonio Dal Covolo-. Ambos nacieron en 1912. Mi tío era el rector del seminario así que el Padre Albino vino a nuestra casa, también porque era el confesor de mi abuela, la madre de mi padre”.

“Tendría unos 5 o 6 años cuando lo conocí y todavía recuerdo a este sacerdote que era exactamente lo que se llama un buen pastor”.

Mons. Dal Covolo, quien además es Rector de la Pontificia Universidad Lateranense de Roma, resaltó que el Papa Luciani era “extremadamente amigable”, y “creo que si, como todos esperamos, Albino Luciani –Juan Pablo I– es reconocido como beato y eventualmente santo, será porque es una figura del buen pastor que da la vida por sus ovejas. Este es el sello del ministerio del Papa Luciani. Los 33 días de su pontificado estuvieron marcados por esto”.

“Ciertamente, él sabía, tenía la intuición, de que esta responsabilidad era una gran carga y que tenía una salud frágil que podía haber sufrido, pero aún así no se amilanó. No fue la ambición de poder o de una carrera a seguir, sino que él exactamente quería darse por el rebaño. Siguiendo las palabras del Señor a Pedro a orillas del Mar de Galilea: ‘Si me amas, apacienta mis ovejas”, añadió.

Aunque todavía no es oficial, el milagro por el que se elevaría a los altares el Papa Luciani, sería la curación de Giuseppe Denora, un italiano que tras pedir la intercesión del Pontífice, fue sanado totalmente de un severo tumor gástrico.