Amir Masih, un barrendero cristiano, encontró en una bolsa hojas de la Biblia y el Corán. Llevó las hojas a una tienda para evitar que terminara en la basura, pero el dueño de la tienda le acusó de blasfemia, lo que podría haber hecho que terminara condenado a muerte, de no ser por el trabajo de los agentes de policía que consiguieron demostrar su inocencia.
El 26 de octubre Amir Masih, barrendero cristiano residente en Yousafadab, encontró una bolsa que contenía páginas de la Biblia y del Corán. Su trabajo consiste en recoger los deshechos y seleccionarlos para el reciclaje para venderlos a empresas interesadas.
Al recoger los desperdicios encontró las páginas de los textos sagrados. Para asegurarse que eran del islam fue a una tienda musulmana para que los examinaran. Pero al verlo, el comerciante comenzó a gritar acusando a Amir de ser un "sucio recolector de residuos". Sus gritos atrajeron la atención de otros musulmanes que arrastraron al cristiano hasta la mezquita.