El Obispo de Salto (Uruguay), Mons. Pablo Galimberti, exhortó al Senado a no destruir a la familia con la aprobación del "matrimonio igualitario" –que ya tiene media sanción-, pues sería equiparar las uniones homosexuales al verdadero matrimonio entre varón y mujer y que es la base de las familias.

"¿Por qué relativizar y desvalorizar una institución, hoy tan golpeada como la familia, introduciéndole profundas modificaciones que van a confundir más que aclarar?", preguntó el Prelado en su comunicado del 27 de marzo.

Mons. Galimberti recordó que la definición clásica de la justicia de "a cada uno lo suyo", enseña que se debe dar "a las parejas de varón y mujer los derechos que les corresponden, entre ellos, el de llamarse con toda propiedad 'matrimonio'".

"Demos a las uniones homosexuales un nombre distinto, por ej. compañeros permanentes o como sea. ¿Por qué no respetar esa lógica elemental que aprendemos desde nuestros primeros balbuceos, de llamar a cada cosa por su nombre, en lugar de implantar 'a prepo' la lógica de Babel?", cuestionó.

El Obispo uruguayo advirtió que detrás de esta insistencia por aprobar el "matrimonio igualitario" "se adivina una oscura intención".

En ese sentido, se refirió a la manifestación multitudinaria en defensa de la familia que recorrió las calles de París (Francia) a mediados de enero.

En esta, recordó, "participó la fundadora de la organización gay Homovox, que dijo: 'Soy francesa, soy homosexual, la mayoría de los homosexuales no queremos ni el matrimonio ni la adopción de los niños, sobre todo porque no queremos ser tratados del mismo modo que los heterosexuales porque somos diferentes, no queremos igualdad, pero sí justicia'".

"Propongo leer o comentar en los próximos días y semanas este comunicado, invitando a la comunidad católica a elevar oraciones y dar un claro testimonio de fe, según la cual, Dios creó desde el inicio al hombre y la mujer como diferentes y complementarios", finalizó Mons. Galimberti.