Al conocer la trágica noticia del incendio, en L'Isle-Verte, a unos 450 kilómetros de Montreal (Canadá), que destruyó una residencia de ancianos, causando numerosas víctimas, el Papa Francisco expresó sus condolencias y solidaridad por los fallecidos.
En un mensaje enviando por el Secretario de Estado, Mons. Pietro Parolin, al Arzobispo de Rimouski, Mons. Pierre-André Fournier, se lee que "su Santidad Francisco se une en oración al dolor de las familias enlutadas y encomienda a los fallecidos a la misericordia de Dios, para que sean recibidos en su luz".
Según señala Radio Vaticano, el texto indica que "el Papa expresa su cercanía espiritual a los heridos y a sus familiares, así como a los bomberos y a los equipos de socorro, por su gran solidaridad, a pesar de las enormes dificultades debidas a las condiciones meteorológicas".