"La gente está asustada, y no puede ser de otro modo. Los misiles no entienden de ética ni de moral, no diferencian entre joven o anciano, cristiano o musulmán, varón o mujer… Simplemente caen y destruyen. Cuando se escuchan los aviones y la posterior descarga de los misiles, experimentan una congoja interior muy grande y, algunos, el alivio de no haber sido alcanzado por los mismos. Y siempre la constante pregunta: '¿Hasta cuándo?'. El común de la gente no quiere otra cosa sino, simplemente, vivir sus vidas. ¡Lo que pedimos a todos los responsables es que dejen a Gaza vivir en paz!"
El P. Hernández escribía que "nuestra misión es estar junto a los cristianos de Gaza. Acompañarlos, llevar junto con ellos esta cruz. Así es que los llamamos por teléfono, los animamos y consolamos, al tiempo que les enseñamos el verdadero sentido del dolor cristiano, es decir, esa participación en los dolores de Cristo".
"Y este gesto nuestro, lo reconocen, lo valoran y lo agradecen. Incluso, lo piden: 'no se vayan'… 'entendemos que se tengan que ir, pero mejor sería que se queden con nosotros'… estas y otras muchas son las frases que nos dicen nuestros parroquianos. Y esto porque, el sólo hecho de saberse acompañado en el dolor es ya un enorme alivio. Pues bien, esa es nuestra tarea".
Para leer el testimonio completo del P. Hernández, ingrese a: http://ivemo.org/nuestra-mision-es-estar-junto-a-los-cristianos-de-gaza/