En sus palabras previas al rezo del Ángelus dominical, el Papa Francisco invitó a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro a que en los momentos difíciles sigan el ejemplo de la mujer cananea de la que habla el Evangelio, que no se cansó de pedir a Jesús por la sanación de su hija.
El Santo Padre centró su reflexión en el Evangelio de este domingo que "nos presenta un singular ejemplo de fe en el encuentro de Jesús con una mujer cananea, un extranjera en relación a los judíos".
"La escena tiene lugar mientras Él está en camino hacia las ciudades de Tiro y Sidón, en el noroeste de Galilea: es allí donde la mujer implora a Jesús que sane a su hija, dice el Evangelio, que 'sufre terriblemente por estar endemoniada'. El Señor, en un primer momento, parece no escuchar este grito de dolor, tanto, hasta el punto de suscitar la intervención de los discípulos que interceden por ella". "La aparente distancia de Jesús no desanima a esta madre, que insiste en su invocación", expresó.