4 de agosto de 2005 / 11:38 PM
Al conmemorarse el 60º aniversario de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) afirmó que ésta es una “oportunidad para reflexionar en las lecciones dejadas por la Segunda Guerra Mundial y renovar el compromiso por una paz duradera basada en la justicia”.
“Hiroshima y Nagasaki son permanentes recordatorios para toda la familia humana de las graves consecuencias de la guerra total”, afirmó el Obispo de Spokane y Presidente de la USCCB, Mons. William Skylstad, en una misiva enviada al Obispo de Nagoya y Presidente de la Conferencia Episcopal Japonesa, Mons. Augustinus Jun-ichi Nomura.
Mons. Skylstad expresó la solidaridad de los obispos estadounidenses con la Iglesia en Japón y ofreció sus oraciones por la paz y la justicia.