En el marco de su reunión anual de otoño en Baltimore (Estados Unidos), los Obispos estadounidenses emitieron un mensaje expresando su continua oposición al mandato federal de anticoncepción y aborto del gobierno de Barack Obama, y la amenaza que significa para la libertad religiosa.

En un comunicado publicado el 13 de noviembre, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) indicó que "estamos juntos como pastores a cargo de proclamar el Evangelio en su totalidad. Ese Evangelio nos llama a alimentar a los pobres, curar a los enfermos, y educar a los jóvenes, y hacerlo así testimoniando nuestra fe en su integridad".

"Nuestros grandes ministerios de servicio… se esfuerzan por responder a este llamado cada día, y la Constitución y la ley protegen nuestro derecho de hacerlo. Sin embargo, con su mandato coercitivo HHS (de Salud y Servicios Humanos), el gobierno se está rehusando a mantener su obligación de respetar los derechos de los creyentes religiosos".

En la declaración, aprobada por unanimidad, los Obispos renovaron su oposición a mandato HHS, o mandato federal de anticoncepción, que exige a los empleadores ofrecer seguros de salud que cubran anticoncepción, esterilización y algunos medicamentos que pueden causar abortos tempranos, incluso si hacerlo viola sus convicciones religiosas.

El mandato abortista, realizado en virtud de la Ley de Cuidado de Salud Asequible, conocida como ObamaCare, está siendo desafiado por más de 200 demandas en todo Estados Unidos.

Las demandas se encuentran en diferentes etapas del proceso judicial, y podrían llegar a la Corte Suprema de Justicia en un plazo futuro.

A pesar de que el gobierno de Barack Obama realizó un proceso para revisar el mandato, los defensores de la libertad religiosa en el país han advertido que los cambios realizados no son suficientes para garantizar el derecho constitucionalmente protegido del libre ejercicio de la religión.

Los Obispos aseguraron que la protección de la libertad religiosa "especialmente amenazada por el mandato HHS" está entre sus prioridades.

La falta de una solución a las imposiciones contra la libertad religiosa, continuaron, es "lo más frustrante", pues la Iglesia "ha sido siempre un importante proveedor y defensor de un cuidado de la salud asequible, que afirme la vida".

"Hubiéramos preferido pasar estos años recientes trabajando hacia este objetivo común, en vez de resistir la intrusión en nuestra libertad religiosa. Hemos sido forzados a dedicar tiempo y recursos a un conflicto que no buscamos ni comenzamos".

Los Obispos también expresaron su agradecimiento a los estadounidenses no caóticos que compartieron su preocupación por el derecho a la libertad religiosa, y dijeron que "es nuestra esperanza que nuestros ministerios y fieles sean capaces de continuar proveyendo seguros en una forma consistente con la fe de nuestra Iglesia".

"Continuaremos nuestros esfuerzos en el Congreso, y especialmente con las promisorias iniciativas en las cortes para proteger la libertad religiosa que asegure nuestra habilidad para cumplir el Evangelio sirviendo al bien común".