Con ocasión del próximo debate que podría aprobar el mal llamado "matrimonio" homosexual en Colombia, los Obispos de ese país remitieron una carta a los congresistas pidiéndoles "su decidido apoyo al verdadero y único matrimonio, constituido por la unión de un hombre y de una mujer".

La carta de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) a la que tuvo acceso ACI Prensa, firmada por su Presidente y Arzobispo de Bogotá, Cardenal Rubén Salazar, subrayó además que "el matrimonio, a través de todas las culturas, las épocas y las religiones ha sido una institución formada por la unión estable de seres biológicamente distintos y complementarios: el varón y la mujer".

El documento será presentado mañana en conferencia de prensa y fue entregado a los congresistas "dada la importancia que para la sociedad revisten el matrimonio y la familia".

Los Obispos de Colombia subrayaron que la Iglesia no tiene nada "contra las personas homosexuales" y que "toda persona tiene la misma dignidad fundamental ante Dios y ante el Estado".

Sin embargo, explicaron que el desacuerdo de la Iglesia frente al mal llamado "matrimonio" homosexual está sustentada sobre el "reconocimiento y respeto que todos debemos brindar a la persona humana y a sus valores fundamentales".

La oposición de la Iglesia, remarcaron, no está fundada "en posturas intolerantes y discriminatorias o en la voluntad de 'imponer' a la sociedad un credo religioso al margen del sano pluralismo democrático".

Los Obispos de Colombia señalaron que el valor importante que se busca proteger "es la familia, 'núcleo esencial de la sociedad que se constituye -como lo reconoce el artículo 42 constitucional- por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla'".

"La familia y el matrimonio no responden a una ordenación política, jurídica o cultural meramente coyunturales. En realidad, anteceden a la religión, al Estado y a sus leyes, 'imponiéndose' a ellos, tal cual son, en virtud de su intrínseca fuerza y belleza", escribió la CEC.

Explicaron que el matrimonio "no se trata de una unión meramente afectiva, es también una unión natural y jurídica, orientada a la procreación, a la educación de los hijos y a la ayuda mutua entre los cónyuges".

"De ese modo, cimentando las bases de la familia, el matrimonio contribuye de manera insustituible al bien común de la sociedad", dijeron.

Tal como explicaron los Obispos, "dado que las uniones de personas del mismo sexo poseen, incluso biológicamente, características que las diferencian netamente de la unión que se establece entre un hombre y una mujer, sería injusto otorgarles el 'privilegio' de un reconocimiento y de una tutela jurídica que pueda equipararlas al matrimonio o a la familia".

"La justicia exige que dichas realidades sean asumidas por el Legislador con un criterio diferencial. La justicia, en efecto, no es dar a todos lo mismo sino a cada uno lo que realmente le corresponde", indicaron.

La carta firmada por el Cardenal Salazar advirtió que "una cosa es regular jurídicamente las uniones entre personas del mismo sexo en el ámbito de los derechos civiles y patrimoniales y otra, muy distinta, es querer brindar a estas uniones un reconocimiento jurídico que, implícitamente, subvierte el orden establecido por la naturaleza humana y por nuestro marco constitucional y legal".

"Para tutelar eficazmente los derechos de los homosexuales no es necesario, ni prudente, someter a la institución matrimonial a modificaciones artificiosas o a una reingeniería social contraria a su naturaleza y dinamismo", señalaron.

La CEC pidió a los legisladores que no cedan "a las presiones mediáticas o de otros grupos de interés" en un tema "tan importante como el matrimonio".

Al contrario, dijeron los Obispos, los congresistas deben "procurar siempre que la ley tienda a la promoción del bien común y de la justicia".

"Si el Legislador no actúa según estos parámetros, se haría responsable de los graves efectos negativos que para la sociedad tendría el debilitamiento del matrimonio y de la institución familiar", advirtieron.

Indicaron que esta opinión sobre el matrimonio y la familia "es también compartida por la inmensa mayoría del pueblo colombiano, por las iglesias históricas y evangélicas, que se unen a nosotros en este empeño común por salvaguardar la naturaleza auténtica del matrimonio y de la familia".

"Unidos, solicitamos a los legisladores un debate profundo y respetuoso, que evite las descalificaciones personales y sea ejemplo de las virtudes democráticas que a todos nos inspiran".

Al concluir la carta, la CEC subrayó que "el matrimonio y la familia juegan un papel fundamental" en la construcción de la paz.